martes, marzo 20, 2007

A cerca de los recursos humanos

En más de una ocasión os habréis planteado hasta que punto debes permanecer al lado de alguien para que te abofetee, conservar una amistad. Personalmente, nunca me había considerado una persona masoquista, no creo que el dolor pueda llegar a ser placentero ni muchos menos gratificante.
Supongo que todos hemos hecho lo mismo en algún momento de nuestras vidas, empezando conmigo misma. Sin embargo, el resultado no es el mismo cuando eres tú el que abofeteas, por lo menos sensorialmente.
Situándome al otro otro lado, el del receptor, sólo puedo decir que no es una sensación agradable. Dadas mis carentes aptitudes para sufrir, me retiro del juego.
Y sí, me doy por enterada: si no hay blanco tampoco puede haber negro. Cuando juegas una partida de ajedrez y terminas el juego tienes dos posibilidades:
a) Te vas con tu colega a tomar unas cañas.
b) La victoria ha sido gloriosa y no quieres disfrutar de ello con tu compañero de juego. Te largas. Olvidas que ha habido tal partida y te vas a buscar a otro contrincante.

Otra cuestión relacionada con la comunicación humana: "el teléfono"

Nunca hubiera imaginado que responder a una llamada telefónica supusiera tanto desgaste. Ejercicio 1:

Primera parte:
1) En el peor de los casos te tienes que levantar de la silla, sofá, cama, etc.
2) Estira el brazo hasta el lugar donde tengas el teléfono.
3) Abre la mano.
4) Coge el teléfono con suficiente fuerza como para que no se desprenda de tus manos.
5) Presiona la tecla correspondiente a "responder llamada:"on", "teléfono"...
6) Acerca el dispositivo a tu pabellón auditivo.

Segunda parte:
7) Emite una cadena de fonema (máximo tres): hola.
8) Espera una respuesta por parte de tu interlocutor.

Este ejercicio -sencillo aparentemente- ha resultado tras un largo periodo de investigación, en un 90% de los casos imposibles de llevar a cabo.
¿Cuál ha sido el causante de este estrepitoso fracaso?

No vamos a exponer el ejercicio 2 por no disponer de suficientes informantes. Tanto el ejercicio 1 como el 2 trataban de explicar algunos de los actos de comunicación.

Estas prácticas han sido llevadas a cabo bajo parámetros científicos de máxima rigurosidad.

Atentamente,
Caracola

martes, marzo 13, 2007

¿Por qué somos los únicos animales que tenemos más recursos comunicativos y los que más problemas para entendernos tenemos?

Esa es la gran pregunta. Tema 10. La lengua como sistema. La norma...

Estos días que estoy preparando el tema de la lengua y el lenguaje como capacidad comunicativa me han sucedido unas cosas que me han dado que pensar.
Y es que... ¿realmente es tan difícil comprender a los demás? A veces, cuando todo parece ir bien, te pierdes no sé quéparte de la historia en la que se produce un estruendo tan grande que se pierde el hilo de todo.
Parece que todos somos víctimas de las interferencias extralingüísticas, y esta vez señor@s me ha tocado a mí. ¿Cómo puede ser que esto me haya sucedido a mí? ¿Cómo se puede deteriorar una amistad en dos días?
Debo decir que mi memoria es bastante dispersa, hecho que me recuerda que podría ser pez. Pero la realidad es que jamás olvidaría una ofensa, insulto o fallo a alguien, sobre todo si lo he cometido yo.
Me hago mil preguntas a cerca de las relaciones humanas, a cerca del distanciamiento, a cerca de las disputas. Conclusión:-------------(encefalograma plano): hecho que me conduce a un estado rayante: me quita el sueño, por las noches me despierto preguntándome el porqué, me levanto pensando en cada una de las palabras que he dicho. Y no, no encuentro más que una explicación.
Posiblemente "quiere relajarse de la "presión de nuestra amistad" para dar rienda suelta a sus aventuras: amoras, sexuales, amistosas..." qué sé yo. Y mi pregunta es: ¿a caso yo he privado a alguien de algo parecido? Por más vueltas que le doy no logro recordar momentos de asfixia, presión o apropiación de amistad indebida. ¿Quién sabe? Quizás soy una insconsciente de mis actos.


Sincerly,
Caracola... en su mar.

miércoles, febrero 21, 2007

A mi pequeña Talula

Querida Talula,

Es evidente que las interpretaciones no son tu fuerte, es evidente que no has comprendido que el mensaje no hacía alusión a tu persona.
Sí, ya ves, hay personas a las que tú no puedes olvidar, no vamos a poner nombres. Y¿ sabes? No eres la única.
Reescribir sobre lo escrito es uno de mis deportes favoritos, intentar reescribir un nombre encima del otro... aish! Craso error. Pero que me dé cuenta de todo esto no significa que lo rectifiqué, así de mezquina soy, ¿verdad?
En cuanto a tus ofensas, ataques, o llámalo como quieras, debo decirte que en ningún momento me he sentido ofendida, supongo que porque sólo ofende aquello que es cierto, ¿no?
Y sí, el refranero español me gusta, y mucho.
No quisiera entrar en disputas, puesto que no me siento con ánimos de combatir, estoy cansada, muy cansada; de modo que lo dejo en tus manos Miss T.

Caracola de Mar (con los pies en la Tierra)

martes, febrero 20, 2007

Estoy restringida por la señorita Li

Me empeño en que me sientas aquí.
Mis cuerdas vocales son débiles y se me apaga la voz.
¿Dónde estás?

Nunca me había esforzado tanto en no recordar:
Quiero no recordar que conozco, que sé, que he sentido, que he amado,que he vivido, que he gozado, que he sufrido, que he llorado, que me he emocionado, que me he cansado, que no me he saciado, que me he sentido llena y vacía.

Quiero despensar lo imaginado, lo pensado.
Sin embargo, mi subconsciente me traiciona...

"El teléfono al que está llamando está apagado o fuera de cobertura. Inténtelo más tarde"

Dicen que la ignorancia es el mal endémico de nuestro siglo.

¿Cabe la duda ante tal afirmación?

Caracola de mar (de alta mar)

lunes, enero 29, 2007

Las caracolas nunca pierden

No soporto perder.
No entiendo mis actos ni los de los demás.
Pero... como dice el refrán, no hay peor desprecio que no hacer aprecio, ¿no? En mi línea, ¿de qué me lamento? ¿De lo mío o de lo de los demás?

Tendré que resignarme y admitir que he perdido la batalla, y en este caso la guerra también. Era mi última partida y la he desaprovechado, ¿no?
Dímelo tú, allá donde quiera que estés, si es que sabes que existe este rincón-

Desde el fondo del mar,

Caracola de mar

Recuerdos de la señorita Li

martes, enero 23, 2007

A los niños les cuelgan los mocos y a las niñas también.

Queridas contertulias (doy por hecho que el género masculino no accede aquí),

Pues sí, a los niños les cuelgan los mocos, pero a las niñas también. Después de casi diez años sin trabajar con esos pequeños seres llamados coloquialmente "niños", hoy he reemprendido aquello que dejé abandonado entonces.
Cuando me han dicho: "escoge centro". Yo muy decidida no he dudado ni un segundo en decir "ésta".
-"Verás... es que... son niños de tres años".
A lo que he respondido: - "genial, que bien, me encantan los niños". No sabía donde me estaba metiendo, a la vista está, pero en fin...ya estaba hecho.
Al llegar al centro me he percatado que para hablarles debía bajar la mirada a la altura de mi rodilla, mientras ellos presumían de su avanzada edad, ¡4, 3, 2 años! A lo que yo respondía: "si, si, se ve que eres una persona madura..."
Gritando, poseídos por no sé que espíritu, satánico seguro, no cesaban de dar vueltas por la clase, 50 manos tocando todo lo que tenían alrededor. Y yo... "shhh", sellando mi boca con el dedo. No han parado hasta que han empezado a cantar, una tras otra, y cuando al fin se les acababa el exquisito repertorio, empezaban de nuevo sus saltos y gritos causando un alboroto que hacía años que no veía.
En fin... mañana, les cantaré alguna canción mientras pintamos un conejito, de dos colores, por supuesto, no vayamos a despreciar su madurez... y luego pegaremos unas fotos, recortaremos y quien sabe si incluso jugaremos en el patio.


Ya lo ves Talula, estos niños me han dejado K.O., no sé si podré reponerme de esto.

lunes, enero 22, 2007

El hombre de las montañas

Quisiera, si es posible..., que alguien me descifrara lo siguiente:
Aparezco en lo alto de la montaña debajo de una casa- que supongo que es la mía- que no tiene paredes y el techo es como de latón deformado, por nombrar un material que se le asimile. El resto de casas no son como la mía; las otras tienen cuatro paredes, un techo de tejas rojas, puertas y ventanas.
De repente, en medio de la multitud surge el horror.
Aterrorizados por la inminente aparición del hombre de las montañas, cada uno se va a su casa a cobijarse.
¿El hombre de las montañas? Para empezar...¿Quién diablos se supone que es este hombre?
Sacudida por el pánico me escondo bajo mi techo, y mientras tiemblo de miedo. Desciende a la tierra (del cielo) el hombre de las montañas, gritando, y con su enorme mano coge el techo - al cual me agarro con todas mis fuerzas, junto a M., pero nos eleva hasta el cielo para apartarnos de la montaña, sacudiendo el techo para desprendernos de él y lanzarnos al vacío.
No sé que significa pero... parece que para el hombre las montañas soy persona non grata en sus dominios.

Por si os queda alguna duda, esto es un sueño. Y las montañas verdes empiezan a ser recurrentes en mis sueños, hecho que empieza a preocuparme.

Mirada cristalina

Mirada cristalina