jueves, agosto 25, 2011

A traición

Me siento como si estuviera traicionándome, a mí y a mi pareja. Llego aquí desde el exilio, desde el abandono de mí misma al mundo exterior. Llevo más de dos años así, abandonada. Me ha pasado de todo. Me he casado, he tenido un hijo, lo he celebrado. He perdido otro. Y he tenido otro.
Mi hija Olivia es perfecta, nació el mismo día que yo. Así de caprichoso es el destino, porque había muchos días, pero no... escogió precisamente el mismo. Supongo que será por algo. No lo dudo. En casa, con todo nuestro amor la recibimos.
No sabíamos que nombre debíamos ponerle, pero finalmente buscando leí: Olivia, la que trae la paz. Y pensé, es justo lo que necesitamos. Paz, mucha paz. Preciosa.
Si escribo me traiciono. Seguro que doy pie a mi mente a seguir creando y no quiero. No quiero que esto se convierta en un verterdero precipitoso.

viernes, junio 18, 2010

la verdad os hará libres

La verdad os hará libres. He estado pensando una y otra vez en esta frase, que al parecer pertenece al Evangelio -y yo sin saberlo-.
Hace tres días estuve viendo un programa en el que entrevistaban a Ernest Maragall (conseller d'educació), el presentador le planteó qué opinaba sobre la nueva ley aprobada por el parlamento europeo, en la que se dictamina la obligatoriedad de dar visibilidad de los gays, lesbianas, transexuales y bisexuales en una sociedad que se caracteriza principalmente por la diversidad.
Inesperada y agradable sopresa la que me he llevado ante la respuesta del entrevistado, quien ha afirmado que ocultar la existencia de este colectivo es dar rienda suelta a la imaginación de los ciudadanos ignorantes, en su mayoría, de dicha realidad.
El entrevistador, por el que siento una apatía bastante notoria, ha insistido en su necesidad de seguir ocultándolo ante la inminente avalancha de quejas y abucheos que se le vendrán encima.
Dejemos en el aire las palabras de este individuo, el lema es... no hagas ruido porque despertarás a los niños? No te agites y pasarás desapercibido??? No sé bien como interpretar esto. Intento buscar el lado positivo a estas palabras pero... no lo encuentro. La única frase que me viene a la cabeza es "la verdad os hará libres".
Más que la verdad, pues es un término demasiado laxo y podríamos discutir ampliamente sobre tal concepto, diría el conocimiento, el saber.
No hay ser más libre que aquel que tiene opción de escoger. Poder elegir a tus amigos, tu colegio, tu vivienda, tu vida entera en definitiva nos haría más libres, ¿no? ¿Cómo lo llamarías si no pudieras a hacer nada de todo esto y te lo impusieran todo por decreto? A mí me suena a dictadura, absolutismo, cada vez me resulta más familiar, pero esto es otro tema.
Quizás algunas de estas cosas no las podamos escoger del todo, no lo hagamos más complicado.
Dejar fluir los pensamientos, escuchar y compartir ideas nos da la libertad.

jueves, diciembre 11, 2008

De caracola a canguro

Hace por lo menos dos meses que no hago acto de presencia por este blog. Me duele entrar aquí, me duele leerlo.
Abandono definitavemEnte el blog, estoy demasiado ocupada con otras cuestiones.
Estoy embarazada: muy contenta y muy asustada. Desde mi egoismo, mi niña interior me dice que tendré que despedirme de una etapa de mi vida. En realidad ya lo he hecho.
Ahora sólo queda esperar el niño o la niña. Todavía falta mucho... pero me da la sensación que ya está aquí casi. Eso es porque tengo mucho miedo supongo. De momento, me despido. No sé si volveré a acceder aquí. Quizás pasa a ser un blog fantasma.

miércoles, agosto 20, 2008

Me pregunto una y otra vez hasta cuando durará este suplicio, este esperar a que todo termine. Esta incesante insatisfacción intrínseca que me lleva a una sed de algo que ni yo misma sé reconocer.
Supongo que la sed sólo se puede apagar bebiendo. O quizás es mejor morir deshidratada.
Me odio por ser incapaz de discernir el capricho de mis verdaderos anhelos de amor.
Me odio por no haber sido capaz en todo este tiempo de mantenerme con firmeza, aún a sabiendas que hay tentaciones a las que uno ha de renunciar.
Me odio por ser tan dañina, tan perjudicial para la salud emocional de aquellos seres que me importan.
Me odio por ser tan superficial, por haber valorado más la pasión que el amor verdadero.
Ahora que soy capaz de echar la vista atrás, de ver las cosas con cierta nitidez, no dejaré pasar la oportunidad de demostrar a los seres que más me quieren y me han querido que puedo ser recíproca y complacerles como ellos lo han hecho conmigo.
Sé que muchas de las cosas que he vivido se han dado por mi circunstancia vital, sin ser distinta a la de otro ser mundano en las mismas circunstancias.
Sé que el día que sea madre todo cambiará, me asusta el hecho de no ser tan buena como lo ha sido la mía, pero sé que haré todo lo posible por serlo. Por lo menos intentarlo para que no me lo puedan reprochar jamás.
Sé que debería medir mis acciones y no provocar tantas catástrofes, intentar se coherente con mis actos y pensamientos para que así todo tenga sentido.
No creo en el Dios de la Iglesia Católica, ni en el Evangélico, ni en cualquiera de los otros que lo consideran como un ser supremo castigador, siempre altivo y enfadado, sino en el que yace en mi interior y es capaz de darme las fuerzas necesarias para luchar día tras día. El que me da la paz y la tranquilidad suficiente para dejarme ver que soy capaz de superar todos los obstáculos que encuentro en mi vida.
Las pérdidas son horribles.
Perder a un ser querido que ha fallecido tras un longeva vida es doloroso. Pero perder a alguien que sabes que todavía habita en este mundo y que no puede compartir contigo su felicidad porque existen muros infranqueables, es frustrante y por ende mortal.
Hay muchas pérdidas que podrían resultar subsanables, podrían solucionarse sino fuera por el evidente egocentrismo del ser humano.
He perdido uno de los seres más queridos de mi vida, un lugar inhabitable por nadie más. Pero que permanece lleno de buenos recuerdos porque a fecha de hoy no siento dolor sino regocijo por saber que ahora será más feliz que hace unos meses.
Mi madre, ser incomprensible para mí, y yo para ella. Quisiera poder alcanzar sus pensamientos y acercarla al camino de la verdad para que así fuera más feliz pero no sé cómo, no sé como alcanzar ese estado de excentricismo que la inhibe de la realidad espiritual, de su fuerza interior. Me da pena y sobre todo me causa dolor verla así.
Mi hermana, tan joven y madura a la vez. Niña de mis ojos. Se ha alejado de tal modo que también resulta inalcanzable para mí. Me reconforta saber que está tan seguro de sus planes, sus ideas, sus convicciones. La envidio (de forma sana) por ser tan consecuente. La quiero con toda mi alma pero ella insiste en alejarse de nuestras vidas, de nuestra compañía. Y culpa a los demás de una dependencia inexistente, sobre todo a mí, aunque luego intente convencerme de que siente envidia de mí por ser así. No creo que realmente la sienta.
Guardo la esperanza de que algún día se convierta en un ser menos distante y más afectuoso y que entienda que la familia es lo primero y que nadie le va a prestar tanto apoyo como nosotros.
Ahora tendré que dejar pasar los años, ignorar su existencia para con ella y limitarme a preguntar a mí madre que se sabe sobre ella. Es triste pero es así, no puedo hacer más.
Mi hermano me resulta un ser completamente desconocido, con muchas cosas parecidas a las de mi madre, la bondad y docilidad de él. Con todo es un ser muy egoísta pero con mucho amor para sus seres queridos.

Con todo, a pesar de las evidentes ambivalencias planteadas, no quisiera perder a ninguno de ellos porque son parte de mí. Parte de mi vida que no podría ocupar nadie más. Los adoro a los tres.
Creo que tengo un problema, realmente los veo tan distintos a todos y con caracteres tan diferentes, que me resulta imposible acercarme a ellos. ¿Por qué soy tan sumamente quisquillosa? ¿Y por qué me siento tan incapaz de acercarme a ellos si son mi familia?
Sí, tengo un problema y grave además.

Todo lo que está relacionado con mis sentimientos, mi modo de conocer a las personas, de permanecer en sus vidas, lo que yo espero de ellas etc., resulta bastante distinto al del resto de los humanos. No soy como los demás, quisiera ser como ellos para así poder relacionarme de manera adecuada. Soy un caso social fuera de serie. Me doy lástima a mí misma, hecho que resulta perturbadoramente penoso.
Porque no soy capaz de afrontar mis miedos, porque temo tanto la locura, si ésta no existe como tal.


viernes, julio 25, 2008

Encerrando el pasado

Hoy me he levantado un poco más triste que habitualmente.
Todo está lleno de cajas, muebles desmontados, bolsas y más bolsas, cestas, maletas... Todo mío, todo conservado a lo largo de los últimos seis años. Repleto de recuerdos, buenos, malos, olvidados. Todos míos y ahora gritan de miedo. Como yo.
Este es el fin de un capítulo de mi vida y el inicio de otro.
Me produce cierta tristeza pensar que la mayoría de estos objetos irán al trastero, permanecerán encerrados en cajas y se asfixiarán por falta de aire.
El miedo.
Siento cierto miedo por empezar de cero, por no saber que me deparará el destino.
Esto es lo que quiero hacer desde hace mucho tiempo, así que supongo que esta sensación se desvanecerá como han desaparecido otras emociones en mi vida.
Todo muere, se termina y se entierra, como si nunca hubiera sucedido, como si se tratara de la vida de otro.
No sé como lo haré pero si el resto del mundo lo hace ¿por qué no yo?

miércoles, julio 23, 2008

Ficciones anecdóticas

La parada del autobús está en Plaza del Centro esquina con Bell.lloch. Se me va a escapar. Joder me he vuelto a dejar el móvil. Soy un desastre. Cojo el metro que seguro que llego antes. Ahora vuelve atrás e intenta abrir la puerta a la primera, seguro que se atasca la llave como siempre.
-Hola. Buenos días señora Teresa.
- Hola! Buenos días. Por cierto... hace días que no te veo por la finca. El otro día vi como salías con un montón de cajas. ¿Te mudas?
- Sí. Me voy a vivir fuera de Barcelona, a Esplugas.
- Vaya... eso sí que no lo esperaba. Bueno... qué se le va a hacer! A ver ahora quien entra en el piso.
- Espero que tenga suerte con los nuevos inquilinos.
-Sí, yo también.
- Bueno señora Teresa, tengo un poco de prisa, tengo que ir al admi...
- Pues, no sabes lo que me pasó con la chica que tenía de compañía?
-¿Qué le pasó?
Miro el reloj. Vaya! ¡Qué oportuna!, son las 10'50, como no me dé prisa no llego ni queriendo...
- Estaba en la cocina preparádome algo para comer y yo en el salón viendo la tele, cuando de repente la llamaron por teléfono. No sé quien era, la verdad es que no estaba escuchando, pero por el tono que empleaba y las palabras que logré cazar llegué a la conclusión que se trataba de su marido.
- Ahá... ¿Y? (Espero que abrevie porque de lo contrario tendré que ser un poco brusca)
- Bueno, hasta ahí no me pareció raro. Pero de repente, aprovechando que yo iba al baño, se puso detrás de la puerta y empezó a contarme su historia, cómo conoció a su marido, el hospital en el que nacieron sus hijos, dónde vivía su madre...
- Vaya! (Esto sí que es una historia interesante para contar a pie de rellano) Bueno señora Te....
- Mientras yo estaba... bueno, no hace falta entrar en detalles, ¿no?
- No, no. verá señora Teresa su historia es muy interesante pero me tengo que ir.
- Cuando terminó de contarme su vida, casi increpándome, me explicó todo lo que le había dicho su  asistenta, Antonia: - "mire señora le cuento todo esto porque estoy sin blanca. Y como usted me paga una miseria y no gano como para pagar el alquiler, he pensado que nos vendremos a vivir aquí con usted. Sólo somos cuatro. Usted tiene cuatro habitaciones y nosotros estamos en un piso de 30m2. Además, piense que siempre tendría compañía, mis hijos son muy majos, un poco problemáticos pero nada significativo. Por cierto se llaman Kevin y Jenifer"-
-Yo no salía del asombro, de verdad. Fue tal el susto que me dio que el corazón empezó a latirme con una fuerza fuera de lo habitual, cada vez me iba más rápido. Advertí a la chica de la situación pero ella continuaba con sus argumentaciones, supuestamente positivas para poder quedarse ella y su familia a vivir conmigo. Ignoraba mi estado y yo cada vez tenía -más dolor en el pecho y el brazo. Le dije que me dejara salir del baño.
Fue entonces cuando me dijo:
- La dejo salir siempre y cuando acepte mis condiciones. Viviremos en su casa sin pagar alquiler a cambio de su cuidado 24 horas al día. Mis hijos podrán escoger habitación, sea cual sea. Mi marido y yo nos quedaremos en la suya, si le parece. Usted es sólo una y nosotros somos dos, es lo justo, ¿no?-
De repente sonó el timbré, ella abrió la puerta, eran sus hijos y marido. Por el ruido deduje que llevaban muebles, bolsas, equipajes y había otra persona que les pidió que firmaran un documento conforme la mudanza había finalizado.
Mi dolor entretanto iba creciendo como la espuma, pero Antonia seguía sin hacer caso de mis quejas.
Dado mi estado de desesperación le dije que no se preocupara, que aceptaba todas las condiciones. Ella me pasó un documento por debajo de la puerta en el que decía que yo Teresa Vilamajor Lluch aceptaba todas las condiciones de por vida y en caso de cese por mi parte del contrato debería indemnizarlos con una paga de 1200 € al mes, así como el abandono de mi domicilio.
No te imaginas la cara que se me quedo al leer eso. No podía firmar eso bajo ningún concepto. Eso significaría mi ruina.
- ¡Vaya anécdotas que tiene por contar! Parecen sacadas de un libro de papel couché. ¿Se lo ha contado al presidente? Creo que él podrá ayudarle. Si quiere la acompaño, vamos...
- No, no! Este hombre está como un cencerro, se cree que es el presidente del Gobierno. Prefiero que quede entre nosotras.
- No mujer, ya verá como se muestra comprensivo, es un buen hombre y seguro que...
- Te digo que no! Y no insistas porque no iré a contarle mis intimidades a nadie!
- Ya pero...
- No hay peros que valgan. ¿Me quieres ayudar o no?
- Mire yo la ayudaría encantada si no fuera porque...
- Pues no se hable más. Ahora iremos las dos para echarlos.
- O sea que finalmente usted cedió?
- ¡No, no! Cuando ya por fin saqué la cabeza por la ventana del baño y me puse a chillar, Antonia me dijo que me lo dejaba pensar. Yo continuaba chillando:- ¡Socorro! ¡Me quieren secuestrar!- Antonia, asustada me dijo que me dejaba salir si me callaba. Así que abrió la puerta y corrí hasta la puerta a empujones. Tuve que utilizar el bastón para apartarla de mi camino. Salí disparada. El dolor del pecho iba en aumento y al salir a la calle, del mismo dolor caí desplomada en el suelo y ya me desperté en el hospital.
La cuestión es que cuando ya me dieron el alta, volví a casa pero ya no podía entrar. habían cambiado el cerrojo. Y desde entonces estoy en el rellano.
-¿Ha llamado a la policía? Ellos podrían ayudarla.
- Sí, pero como están con servicios mínimos por la huelga, me dicen que no tienen coches patrulla para desplazarse.
- ¿Me deja su juego de llaves?
- ¿Para qué? ¿Te crees más lista que yo? Mmm...
- ¡No resople y déjeme el maldito juego de llaves!
- ¡Vale, vale!
-(Como abra la maldita puerta, acabo con ella. Ya no llego ni de broma, son las 11'30. Ahora tendré que llamar y decirles que el lunes me acercaré.) Oiga! Esta llave abre la puerta de su casa.
- No puede ser! Ayer no entraba.
- Pues está claro que o se equivocó de llave o no la metió correctamente.
- ¿Me tomas por una vieja chocha?
- No, no. No la tomo por nada, sólo digo que la llave entra. ¡Me tiene un poco harta con tantas desconsideraciones por su parte!
- Disculpe es que estoy algo nerviosa.
- Oiga, aquí no hay nadie! ¿Me estaba tomando el pelo o qué?
- ¿Quieres tomar un café ya que estás aquí?
- ¿Está usted loca? Bueno...
- ¿Con azúcar o sacarina?
- Sólo.

Esterilitat de tendresa

Les paraules se les emporta el vent. Això és una realitat gairebé palpable, fins i tot pots veure el vol d'algunes, com s'enlairen cap a un cel ple de núvols i una boira confusa.
De vegades les coses no funcionen com un espera i en un obrir i tancar d'ulls se'm va tot a la bassa. Un bon dia hi ha una gran tormenta i comença a ploure a bots i barrals, amb la riada s'endú tot el que troba pel camí i ho engull com si fos el forat de la dutxa.
Sí senyores. He estat víctima de l'oblit i mercenària a guerres dolorosa, fins i tot, en ocasions, he estat les dues coses alhora. Perque encara que sembli impossible, no ho és pas.
La meva batalla particular era molt entretinguda, tot i que requeria bastanta dedicació, m'hi vaig dedicar en cos i ànima fins que el meu cos i la meva ànima va començar a decaure com si arribés el crepuscle.
L'estimava i n'estava enamorada. Vaig arriscar la nostra amistat per obtenir més profunditat a la relació, però de tot això només en vaig sortir malparada. Vaig creure cegament en tu, en les nostres vides, però ben aviat van començar a sorgir inconvenients i traves que no duien enlloc, només el creixement del buit espiritual del que representava el nostre amor.
La vida dòna moltes voltes i ho posa tot el seu lloc. Realitat més innegable que aquesta no pot existir.
La qüestió es que després d'uns quants mesos de patiment i dolor vaig decidir posar punt i final a la situació.
Tot i que el final no ha estat gaire feliç, haig de dir que les coses a la vida passen per alguna raó, no hi ha res gratuït ni fortuït.
He après a estimar-te, però també he après que no ets per a mí.
M'has ensenyat a gaudir de la vida, però també t'he ensenyat que tot té un preu.

Mirada cristalina

Mirada cristalina