jueves, mayo 01, 2008

Insomnio

Te metes en la cama a las 11:30 -buena hora para acostarse si al día siguiente tienes que madrugar-. Las vueltas en la cama suelen ser cortas, sobre todo si duermes acompañado, hecho que produce cierta inquietud. Sin embargo, persistes. Ojos como platos, insistes, cuentas las horas que faltan para levantarte.

Las 00:30, sigues con los ojos abiertos y esperas a que tus párpados cedan y sucumban a tus intenciones iniciales, caer en un profundo sueño.

Y vuelves a mirar el reloj - la 01: 15-, resuelves sin más probar técnicas que te hacían dormir de niño, desde el balanceo, pasando por el tacto de los genitales, hasta la música. Los recursos se van acabando y a la vez crece el ansia por quedarte dormido en un tris.

Te das la vuelta para un lado, para el otro, tocas la oreja del que duerme a tu lado, la tuya propia, piensas en playas desiertas, en lugares inhospitos que te parecen que te pueden transmitir esa paz que te permita dormirte.

Y al fin, empiezan las preguntas sobre uno mismo, sobre el estado en el que te has quedado atrapado, el insomnio.



Razonamientos dispares:



Habitualmente las depresiones traen consigo, a rastras, como si de un saco de ropa vieja se tratara, una retahila de despojos, vísceras pútridas... nada gratas a mi entender.

El primero de los síntomas es la aparición de unas punzadas en el pecho, la asfixia, el no poder permanecer en un sitio porque es el aire el que te absorbe a ti.

Paralizado, esperas que llegue - como por gracia divina- alguien que te ceda la mano y que te ayude a salir de ese vacío, en el que ni siquiera hay agua para saciar la sed.

Sin duda, todas estas aflicciones dan lugar a la duda ante una pregunta tan transparente como es "¿Por qué no me duermo?".

Sin un porqué muy esclarecedor, desesperadamente aparecen los primeros signos de deducción lógica. Llegan respuestas cual mariposas recién desenjauladas que revolotean a tu alrededor.



La respuesta:



Tras largas reflexiones (incoherentes en su mayoría), te percatas de tu realidad, has caído en el laberinto infinito de "Alicia", te sumerges entre la miseria, la mugre de la que tú mismo te has ido desprendiendo, y que ahora te está ahogando.

No, aquí no hay salvación, porque nadie meterá la mano allí para sacarme de entre la escoria -piensas.

Y del mismo modo que has caído en ese vacío, en ese hueco pestilente, miras a tu alrededor, las paredes, el suelo y el cielo que parece que nunca llegarás a ver. Es el maldito pozo sin fondo.



Actitudes:



Quiero subir- piensas. La cuestión va mucho más allá, no sabes subir, ni tan siquiera tienes espíritu de escalador.

miércoles, abril 23, 2008

El no res, la no presencia físca i l'absentisme mental.

Quina paraula tan meravellosa, quan sona a cau d'orella "t'estimo".

Però el dolor és palès quan resona entre el pabelló auditiu i la incapacitat física de no poder traduir les paraules en emocions, el dolor.

Això fa més mal que saber que t'estimen i tu no li correspons, o no et corresponen com tu desitjaves.

I ara mateix sóc incapaç de veure-ho. Ha durat ben poc.

No hi ha pitjor sentiment que el d'estar a prop de qui t'estimes i sentir una soledat inmensa que et bloqueja tot el cos: el pols, la tristor, l'anyorança.

Com diu ls dita:és val sol que acompanyat.

Ls incomprensó. El silenci.

I finalment el dolor.

Això no té nom, bé si.... masoquisme.

I jo a aquest punt enacra no he arribat.

Mal. M'has fet mal , volen o sensense voler... només et mires el melic i em dius que estàs cansada.

i jo et dic ves-te'n a casa o a l'escola, preque no vull que perdis classes, perque sé que vols descansar.

Doncs ara si t'ho dic,descansa en pau que no et moletaré mai més.

Ja m'has vist prou.

En la salut i la pobressa deiem, no?

Sort.

martes, abril 22, 2008

Te quiero más que a mi vida



Perecedera

Resistencia abrupta al descanso.
Enseñas los dientes a lo desconocido.

¿Qué te retiene?
¿A caso es el amor?
Prefiero mil veces saber que no,
Prefiero tenerte conmigo etérea
Que sin mí en vida.

Y te digo: -desiste.
Tu lugar estará entre nosotros siempre.
En nuestra mente,
en nuestros corazones.
Abandona la partida,
ya hay otros que te esperan.
Tus ansias por luchar entre la vida y la muerte…
Parte ya hacia el ocaso.

La fuerza de un roble
La testarudez de siempre,
Tan obstinada. Como yo.

No tengas miedo
Nos acompañarás allí donde estés
Y nos protegerás allí donde vayamos.
Ya lo sé… el miedo te hace demente.
Estás aquí y aún te resistes a partir
Rumbo al limbo, a la vida eterna.

Y aún con dolor, con apneas y debilitaciones crecientes.
Permaneces a nuestro lado.
Y sientes que no te dejan ir.
Una mano te agarra con fuerza
A la par que otra te llama con serenidad
Y te dice: -ven.
Y tú te callas.
-Ven.
Y tú te resistes a abandonar este gran juego, el de la vida.
Ese juego, que tu nos has enseñado tan bien.

Tu última exhalación
Tu último suspiro
Tu adiós definitivo vino en buena hora
Llegó a la hora del fin de tu agonía
Y al principio de nuestra añoranza.
Hasta el último latido has estrechado nuestros lazos.

Desde este espacio tan terrenal
En el que ya no estás presente en cuerpo, sí en espíritu.
Nos dejas impregnada tu presencia
No la del dolor.
No la de la agonía.
La del amor.

Tu amor a la vida
y con los que lo has compartido.
Estas es nuestra herencia.
Gracias por habernos otorgado el placer de conocerte.

A mi abuela con la que compartí grandes momentos de alegría y me enseñó a amar y a ser persona.


Caracola de Mar

viernes, abril 11, 2008

Locura de amor

Es verdad, este es uno de los momentos más difíciles de mi vida. Estoy bastante lejos de ti, sin embargo, no pasa ni un solo segundo en el que deje de pensarte, soñarte y anhelar tu olor, tu cuerpo, tu nariz al arrugarse cada vez que sonríes de forma pícara.
Somo culpables de nuestro amor, porque ambas nos hemos sometido a ello. Pero como buena masoquista que soy, prefiero mil veces arder en el infierno antes de pasar ni un solo segundo más sin ti.
Me tienes redimida y no voy a dejarte pasar por delante sin decirte: "esta boca es mía".
Porque te quiero y te quiero para mí.

La locura no define mi estado, de modo que emplearé la palabra más cercana: te amo.

El estado de la cuestión

Hace ya tiempo que no me paso por aquí, dos meses aproximadamente- que se dice pronto-.

Lo que me llamaba por aquel entonces la atención era "¿quién se dedicará a entrar en mi página?", no encontraba respuesta y, lo cierto es que a fecha de hoy únicamente se ha puesto al descubierto una persona, lo suficientemente importante como para que deje de preguntarme estas nimiedades.

Otra de las preocupaciones que tenía era el cubrir una serie de necesidades inminentes. Pero sobre todo lo que más me acongojaba era el "asnismo" que nos mueve a todos desde las siete u ocho de la mañana hasta que nos acostamos.

Todavía sigo esperando que llegue ese momento, porque todo sigue sucediendo igual, más de lo mismo.

Mis teorías a cerca del imbecilismo y egoismo innato en determinados seres humanos ha quedado claramente demostrado. Ante tales circunstancias he preferido adoptar la posición más cómoda: ver pasar las vidas de los autómatas y sobre todo reirme a su costa.

Con ello no quiero decir que me sienta superior al resto de la especie, sino más bien se trata de una cuestión de enfoque. Como si fuera la reponedora (si es que esa es la palabra adecuada) de la película "Cinema Paraiso", observo desde arriba; como Firmin (un libro que, para aquellos que todavía conservan un toque de sentido del humor, del ridículo y del sarcasmo, no deben dejar perderse), y por más que hago uno y otro y otro estudio antropológico, la conclusión siempre es la misma..

Con todo, parece que vaya a contar algo importante, que sé yo... sucesos, anécdotas personales..., nada más lejos de mi intención.

Solo puedo decir una cosa, me río a carcajada limpia a la par que me cabrea sin ton ni son, puede que sea efecto de la maldita medicación, puede. Pero desde luego esta perspectiva no tiene precio.

Sin más se despide vuestra humilde servidora.



Caracola de mar

miércoles, febrero 20, 2008

Necesidades

Necesito...
Un golpe en la cabeza.

Bocanada de aire fresco.

Un giro sin rumbo.

Un amor ilícito.

Amar.

Sentir el roce en mi piel del amor, saborearlo, tocarlo y agarrarme a él como si el mundo terminara en un suspiro.

Hace tiempo ya que mis extremidades, entumecidas por el "asnismo" del día a día han perdido sensibilidad.

Nada parece tener la suficiente importancia como para deternerme a pensar en ello. Eso es lo que ocupa 18 horas de mi cotidianeidad, nada: la nada. Un vacío inexistente que me grita un silencio ensordecedor, que no me deja transpirar la piel, que me ahoga y que me susurra algo que suena hueco.

Hace ya tiempo que no puedo evitarlo: no te puedo dejar de pensar. Y creo que seguiré haciéndolo hasta el fin de mis días.


lunes, enero 21, 2008

Deseosa de olvidar

Por no sé que extraña circunstancia, ajena a mis pensamientos inmediatos, de un tiempo a esta parte he visto mermar lentamente, hasta la total desaparición, mi inspiración.
Quisiera saber por qué no soy capaz de olvidar unas putas líneas de autopista, por qué no puedo dominar y controlar aquello que me remueve por dentro, por qué soy tan dependiente y un sinfín de porqués sin respuesta.
Quisiera ser yo porque siento que la locura ha parado en esta estanción tan inhospita y tan mía.
De vez en cuando recibo emails de un tal shiny advirtiéndome que alguien visita esta página. En fin, no tengo palabras para ello. No sé si se espera de mí algún tipo de mensaje que dé cuentas de mi existencia, de mí (en general).
He perdido el norte, el sur y si alguna vez los tuve, el este y el oste. Incapaz de escribir dos palabras seguidas que no impliquen misería humana, me niego a dar señales de vida.

Mirada cristalina

Mirada cristalina