martes, julio 24, 2007

Mar de mis entrañas

Hoy te he vuelto a soñar. Tu estabas revuelta, enfadada, quizás angustiada... Transformada en gigantescas olas, te acercabas a la orilla peligrosamente, arrancándome una de las partes más preciadas. Mar adentro. Cielo tormentoso. Picada.
Me gritas... ven aquí, voy a hacerte picadillo.
Nos refugiamos en aquel restaurante, a unos quinientos metros de ti. Tras los cristales, tus aletas de agua intentan aproximarse a ese espacio casi invulnerable. Pero no. Cada vez más y más cerca. Llegabas. Advierto tu olor desde el otro lado del cristal y con voz temblorosa me dirijo a mi madre y le digo: "ha bajado la marea". Ya viene.
Te calmas.
Ves a la Señorita Li...
¿Qué haces aquí?
Con sus manos me agarra la cara constriñéndola con fuerza, y acercando mi lóbulo a su boca me susurra algo que ahora resulta borroso, indescifrable pero que desprende ese amor tan peculiar, tan propio de ella.
"Te quiero" - le digo.
"¿Volverás?"
- ....
La busco entre las gentes, bajo las sombrillas. Estudio cautelosamente las caras de aquellas figuras de melena rizada que están tumbadas en la arena. Nada.
No aparece.
El mar... tan tranquilo ahora, no tiene espacio para esconderla. Me meto, con vestido incluido en el agua. Tengo que decirle... tengo que agradecerle por haber estado allí. Poco a poco, mi cuerpo se va hundiendo en el agua, con los pies encadenados en la arena a penas puedo moverme. Y me sumerjo hasta desaparecer de la línea horizontal que marca el fin del cielo y el principio del mar.

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Mirada cristalina

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