sábado, abril 14, 2007

De animae natura

16 de abril de 2007

A mí querida amiga del alma, te dedico estas palabras:

Me acabas de dar una noticia que no sabría calificar, si grande o pequeña, pero sí puedo decir que he sentido un bloque de hielo afilado deslizándose por mi espalda, como una cuchilla de afeitar oxidada rasgándome la carne, desde la primera hasta la última vértebra. Y al final de la espalda: una nota. "Así es la vida"

Gracias por tu confianza y tu sinceridad.

Atentamente,
Caracola (sin más)


****************
22 de febrero de 2007

¿Por qué es tan difícil sentir como el que escribe?

Hay cosas que no entiendo, otras que me aburren y otras que me llevan al abandono.


****************
14 de febrero de 2007

Y sí, parece en esta vida hay respuestas para todo:las entrañas y el disfraz.

1. Las olas son del mar como las caracolas.
2. La caracola no puede amar porque la sal ha oxidado su rostro.
3. La caracola quisiera ser amada y amar con tanta fuerza como lo hizo antaño pero no puede porque el caparazón ha quedado anclado en una roca.
4. La caracola no tiene escapatoria, está en un callejón sin salida.
5. La caracola tiene miedo.

Conclusión: La caracola, la única y verdadera, está pensando en hacer un viaje, a otro lugar, y bajar Mediterráneo abajo, nadar hasta donde el mar y la suerte la arrastre: la tierra. Pero ¿ qué tierra? ¿Alguna conocida a caso?

****************
9 de febrero de 2007

Organizar la vida de los demás es muy fácil, haz esto, haz lo otro... no hagas nada que no te apetezca y un larguísimo etcétera casi interminable; lo cierto es que resulta mucho más cómodo, por no decir práctico, ver cuan sencillo es poner solución a los problemas ajenos, pero cuando toca reconducir nuestra propia vida...
El otro día fui a la fiesta de un amigo, allí nos encontramos antiguos compañeros de trabajo y de facultad- y si estáis pensando: ¿y esto qué tendrá que ver con lo otro?, deciros que mucho-, también fueron amigos de mis amigos/as, entre ellos Mr. P., un personaje sin par, especie en extinción, propia de museo.
La fiesta duró hasta las 2, pero nosotros nos quedamos allí hasta pasadas las 4. El tema de conversación fue la maternidad. Parece ser que ese día hice un despliegue hormonal propio de una madre (por llamarlo de alguna manera), algo que percibió Mr. P., quien me preguntó si quería ser madre algún día y sobre todo, cómo lo haría. Para todo tenía respuestas, "está claro que por generación espontánea no será, puesto que no tengo amigos dispuestos a colaborar, lo haré como todo el mundo: iré a un banco de esperma"- le dije. De repente, sus ojos, ya medio cerrados por el exceso del alcohol, se abrieron como platos, y con una sonrisa, me dijo: "¿ah sí? Pues yo si quieres... colaboro". La conversación degeneró tanto que planteó la creación de una comuna en la que él y aquel que quisiera podría participar como padre o madre; y todo ello sería en una masía en el campo, con las coles; en fin, puede que en algún momento de mi vida me lo plantee pero ahora no.
Al salir del local nos fuimos al centro y después de dar mil vueltas por esta maldita ciudad, Barcelona (a la que adoro) en busca de una discoteca, pub, bar o cualquier lugar abierto a las cinco de la madrugada, cada mochuelo se fue a su olivo, al menos yo.
No volví a pensar más en ello, de hecho ni lo recordaba, pero hace un par de días, mientras navegaba por internet en busca y captura de un piso decente y habitable, me sorprendió una extraña sensación - no sé si llamarlo miedo- que me dejó KO. Y para colmo, entró mi compañera de piso y me empezó a hablar sobre sus planes de futuro, fantásticos y maravillosos- como todo lo que planean los demás.
Sentí un pánico horrible, "caracola, tienes 27, casi 28 ¿qué vas a hacer con tu vida? ¿qué quieres ser de mayor? ¿serás capaz tú sola? Tu quieres pero... ¿vas a tener hijos sin pareja? ¿es esto una necesidad egoista? ¿crees qué podrás volver a amar...? NO TIENES RESPUESTAS IDIOTA".
La sensación de caos en mi vida no deja de ser aterradora cuando pienso en ello, lo mejor es no pensar en lo tuyo y dedicarte a los demás, así te evitas disgustos innecesarios.

La caracola es cobarde, ¿no?

****************
29 de diciembre de 2006

Hoy tengo muchas preguntas para las que no tengo respuesta. Debería saber más sobre la naturaleza del alma, mirar hacia adentro y ver, oir; quizás escuchar. ¿no?

¿Por qué se niegan los seres humanos la oportunidad de amar? O en otras palabras ¿qué puede ser mejor que la soledad en la armonía casi simbiótica con la naturaleza y uno mismo?
¿Quién puede robarte el alma hasta el punto de sentir la vacuidad y el horror murmurando en los adentros, en las entrañas?
¿Cómo se hace?

****************
22 de diciembre de 2006

"[...] Estoy mirando, oyendo,
con la mitad del alma en el mar y la mitad del alma en la tierra,
y con las dos mitades del alma miro el mundo [...]"

Agua sexual
Pablo Neruda

****************
20 de diciembre de 2006

Quiero dejar por escrito una de las verdades más ciertas que conozco sobre la naturaleza del alma...
Detrás de esas pestañas, infinitas, se esconde la pasión más exacerbada de una mirada nítida y cristalina, a la vez que atormentada, que jamás, por más miradas que hallemos, hipnotizarán tan profundamente...
Y yo me pregunto, hasta que punto es aconsejable vivir la pasión, la sensualidad y el amor a través de la literatura.
Si encuentras la respuesta te convertirás en un/a erudito/a de la vida.

*****************
14 de diciembre de 2006

Amar sin ser amado es quedarse sin aliento y carecer de gravedad.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Vivir la pasión, la sensualidad y el amor, de cualquier forma, siempre es aconsejable, lo importante es vivirla. Sólo hay que desprenderse de lo que nos ata y tirarnos de cabeza al mar, ese mar infinito y lleno de sorpresas que tú parece que conoces muy bien.
De todos modos, la desnudez es el estado natural del ser humano, ¿no?

Mirada cristalina

Mirada cristalina