martes, septiembre 12, 2006

Por amor a la lectura

Parece mentira la de vueltas que da la vida a veces. Las casualidades ya no existen, las tienes que buscar y si las buscas... ya no son casualidad.
A mí, que no me gusta leer, me ha entrado el gusanillo ese que te roe por dentro y que te crea un picor muy parecido a la curiosidad.
Lo que quiero decir es que sí, sí te leo. Leo todo lo que me interesa hasta que dejes de escribir. Ya ves...
A veces encontramos a gente que se parece mucho a otras nunca he entendido porque... la verdad. A mí esto me pasó ayer, en Andorra. Estábamos en una gasolinera, a punto de irnos para Barcelona. Yo me quedé dentro del coche y de repente vi a mi padre. Bueno... no era mi padre pero se le parecía muchísimo. Me pareció un casualidad muy cruel del destino. ¿El destino había querido que ese hombre se cruzara en mi camino? Supongo que sí. Esa misma mañana había estado hablando de él. Y ¡zas! Allí estaba mi padre, de pie, trabajaba en la gasolinera, bueno... eso me pareció.
Eso qué es? Casualidad o causalidad?

2 comentarios:

talula_06 dijo...

Yo también te leo, y ha sido una casualidad... Existen, seguirán existiendo, aunque hayas perdido la fe.

TransFusión dijo...

No existen las casualidades, existen la causalidades. Es y será, te guste o no...

Permanecerá, inmobil, dentro tuyo, como todas esas cosas que parecen escaparse, pero siguen estando y allí estan: las cusalidades. Para hacernos recordar.

Mirada cristalina

Mirada cristalina